La gran aventura sueca, Personal

En teoría, un paso más cerca

Para quedarme a vivir en Suecia necesito obtener un permiso de residencia, algo a lo que tengo derecho por ser pareja de un nacional de la Unión Europea con contrato de trabajo en este país, mientras dicho contrato esté en vigor. El proceso es tan simple como ir a la oficina de inmigración (Migrationsverket) que te corresponda y hacer lo que te digan.

A los suecos en general, aunque a veces se te cuelan en el autobús, les gusta hacer colas. Así que cuando llegas allí haces una cola, llamémosla de entrenamiento, al final de la cual te dan un número para que hagas una cola de verdad.

La primera vez que fui, tras hacer mis colas de rigor, me dijeron que necesitaba el personnummer de mi chico y «ese impreso de ahí». «¿Sólo?» «Sólo». Genial.

La segunda vez, con el personnummer en cuestión bien apuntadito, vuelvo a hacer mis dos colas porque se me había olvidado cuál era el impreso que tenía que coger, y ahí es cuando descubro lo cándida que puedo llegar a ser… ¡Mira que creerme que sólo necesitaba un papel y un número! Pregunto y me dicen que también necesito copia de mi pasaporte (lógico, ¿verdad? pues a mí no se me había ocurrido), copia del pasaporte de mi chico, copia del contrato de alquiler y copia de su contrato de trabajo. «Ejem, ¿Sólo?» «Sólo».

Tercer intento. Esta mañana vuelvo a personarme en la casa que enloquece armada con mis fotocopias y la famosa forma A-38… Hago mi cola de entrenamiento y me dicen que los meta en un sobre y al buzón. Las nubes se abren, entra un rayo de sol y se oye un cántico celestial, lo tengo al alcance de la mano… 😀

Relleno mi impreso con letras de molde y me dirijo una vez más a la cola de entrenamiento para preguntar dónde puedo conseguir un sobre. Hay un chico nuevo: coge mis papeles, los mira, me hace un par de preguntas y me pincha la burbuja: «Este impreso no es el correcto: para obtener el permiso de residencia, tienes necesitas el impreso «Obtención de permiso de residencia» (también lógico,  ¿verdad? pues si no me lo dicen…) y además te sobran la mitad de las fotocopias que traes».

La burocracia es un follón, aquí y en Cuenca, y si a eso le sumamos que yo soy un alma cándida y crédula y a veces voy por la vida como si las cosas no fuesen conmigo, pues así me va.

Ahora me toca la nueva odisea, ¡conseguir mi propio personnummer, a ver cómo se portan!

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