Como pequeño cambio para el mes de febrero, dentro del plan #12pequeñoscambios, Paula nos habla del exceso de productos químicos que usamos o consumimos a diario. Leí su entrada y los comentarios que le han dejado, reflexioné y me creí que ese cambio no iba a poder aplicarlo en mi vida: honestamente ahora mismo no me veo dándole vueltas a los ingredientes de cada cosa que compre, así que estaba por desistir, cuando vi la luz: ¿qué hay en mi vida que no me aporta absolutamente nada y que es completamente innecesario? ¿A qué no necesito mirarle los ingredientes porque sé de sobra que es todo mierda?
A las golosinas. Putas golosinas.
Siempre me ha gustado mucho lo dulce, pero desde que me vine a Suecia la cosa se ha ido de madre un poco. Ahora está un poco más bajo control, pero ha habido épocas en las que me asustaba a mí misma. Y es que en cada supermercado de este país te encuentras esto:
Esta claro que este objetivo casa mejor con un mes sin azúcar, pero todos esos aditivos, estabilizantes y demás, de los árboles no salen, así que yo tiro con esto, que es lo que más necesito en este momento.
Llevo también tiempo intentando reducir la cantidad de cocacola que tomo, aunque a diferencia de las golosinas, la cocacola tampoco tengo interés en eliminarla del todo…
¡Feliz febrero!