Desvaríos de una mente desocupada

La maldición del jersey

Cuenta la leyenda que, en un país muy, muy lejano, vivió una joven tejedora pobre famosa por ser capaz de convertir la fibra más basta en una prenda fina y delicada, con los más elaborados encajes y las costuras menos visibles.

Vivía también en aquel país una reina fea y bruja (como todas las reinas, ¿no?) que, a pesar de ser rica (¡y bruja!), no tenía nada mejor que hacer que tener envidia de la pobre tejedora. Así que un buen día, ni corta ni perezosa, se hizo con un buen puñado de ingredientes, los mezcló, los usó para teñir unas madejas de lana de sus mejores ovejas, y profirió sobre ellas (sobre las madejas, no sobre las ovejas) una terrible maldición que condenaría a la persona que las tejiese a verse abocada a la más absoluta soledad.

La tejedora, como era pobre, no tenía apenas dinero para comprar lana, así que cuando recibió aquellas madejas tan finas nada más y nada menos que de la reina (quien en una sentida nota se declaraba su admiradora) se sinitó arrebatada de felicidad y decidió tejer un jersey para seducir al hijo del pastor vecino, que no sólo era guapo, era la llave a un mundo donde no tendría que robar más lana ni tejer con pelo de perro.

Y así fue cómo comenzó la maldicicón del jersey, que sigue vigente a día de hoy 🙂

Traduzco y adapto de esta entrada de wikipedia, por si alguien tiene interés:

Si esto no es amor...

Con la expresión «maldición del jersey» se describe una situación en la que una relación sentimental se rompe inmediatamente después de que un tejedor o tejedora regale un jersey tejido a mano a su pareja. Al parecer una encuensta reciente indica que un 15% de los tejedores han experimentado está maldición en sus propias carnes, y el 41% considera que no es algo que haya que tomarse a la ligera.

Las explicaciones a este fenómeno pueden ser varias:

  • Fuente: Wikimedia CommonEh.. ¿justo ahora? Pues no me viene bien, la verdad: Tejer un jersey es algo que lleva mucho tiempo, y puede que coincida con el final natural de la relación.
  • ¡Al rescate!: El tejedor o tejedora siente de forma subconsciente que la relación se está agotando, y teje un jersey como quien se agarra a un clavo ardiendo.
  • ¡Ajá! ¡Te pillé!: Un jersey hecho a mano es un regalo importante, y puede que suceda que tanto quien lo dé como quien lo reciba lo usen como termómetro de su relación.
  • Ni de coña, vamos: Quizás la pareja no quiere usar ropa tejida a mano, puede ser (hay gente para todo) que les parezca ridículo, a lo mejor porque la prenda está mal hecha o pasada de moda, o simplemente le parece cosa de marujas.
  • ¡Eo, que estoy aquí!: A lo mejor lo que pasa es que al tejedor o tejedora le gusta tejer un poquito más de la cuenta y en vez de trabajar en la relación se refugia en las agujas, o no habla de otra cosa…

Y vosotras, ¿qué tal? ¿algún afectado por la maldición en la sala?

Fuente del texto: http://www.wikipedia.org/

Fuente de la imagen y del gif: http://commons.wikimedia.org/

7 comentarios en “La maldición del jersey”

  1. ostras! a mi me contaron la maldición cuando le tejía uno a mi marido antes de la boda así que lo dejé apartado (bastante follón con todo como para tener una maldición rondando) y fíjate que no lo he retomado, a falta de las mangas ahí está muertito de risa … ains,
    ¡me tienes que contar eso de estocolmo que me has dejado flipada!
    un abrazo,
    SIONA

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  2. @Siona: Pero termínale el jersey al hombre, que no te pase frío ahora que llega el invierno!

    @nani, @sagrapop: no hay que ser tan supersticiosa (pero por si acaso empezad por tejer gorritos y cacetines ^^).

    @misperendengues: cada vez tengo más claro que de mayor quiero ser inventora de encuestas. No se me ocurre trabajo más creativo.

    @Ana: yo ese asunto lo tengo solucionado con mi chico. Yo le tejo lo que él quiera (por suerte no pide mucho), pero la lana la paga él.

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