El síndrome de las manos inquietas, Personal, Regalos a gogó

Dinosaurio avisador

¿Quién no quisiera a veces tener un letrerito en la oficina que dijese algo así como «estoy de una leche que no me aguanto ni yo, así que, agüita, vete por donde has venido y sin hacer ruido»? Me parece algo de lo más útil, la verdad, ya que nos ahorraría disgustos y discusiones y esa fama de ser el ogro de la oficina… Lo malo es que es difícil mandar a alguien a tomar viento fresco sin parecer maleducado (cosas de la corrección política, pf), así que hay que buscar maneras más sutiles (o incluso simpáticas) de advertir a los compañeros de nuestro estado de ánimo.

Como hoy por hoy no trabajo con público, no necesito ningún elemento de disuasión en el escritorio, pero como estaba perdidamente enamorada del Grumpasaurus de Just Crafty Enough, decidí tejerlo igualmente para Salva, que sí trabaja rodeado de gente…

Salva tiene la suerte de tener un carácter fabuloso y no se enfada con facilidad, por lo que, siendo el muñeco para él, decidí pasar del «Grumpy» y limitarme a hacer un Saurio con una cara simpática, entre concentrado y desconcertado (que es la cara que pondría yo si trabajase en lo que Salva trabaja, todo sea dicho).

El «pequeño» problema es que el amigo en cuestión está un poco crecidito y me temo que se va a comer, literalmente, la mesa de la oficina, así que lo mismo se queda a vivir en casa, quién sabe…

16 comentarios en “Dinosaurio avisador”

  1. Que guapo es me gusta y si no quiere quedarse en tu casa pues que venga a París y así visita y pasa unas vacaciones con Rukia je je
    Precioso

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  2. Pingback: El blog de Miso

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