La startitis

Startitis.

(Del ing. start, empezar).

1. f. Med. Tej. Enfermedad epidémica crónica, endémica de los tejedores, caracterizada por la necesidad constante e insaciable de empezar un nuevo proyecto tras otro.

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Es la pandemia del siglo XXI, al menos dentro de ravelry, y sin embargo nadie hace nada para luchar contra esta maldita plaga que hace que tantos proyectos se queden sin terminar. Y es que hay muchos intereses económicos de por medio, empezando por los grandes del diseño de patrones y acabando por la mercera de mi barrio; todos perderían mucho si se encontrase una vacuna para este proyecto, así que las pocos avances que se logran en algunos laboratorios independientes son rápidamente ocultados por las grandes corporativas laneras en un laberinto de patentes dudosamente adquiridas.

Lo que voy a decir aquí no es nada nuevo; todos sabemos que el lobby mercero es cruel y despiadado y que, tras esa señora que lleva las gafas de cerca colgadas al cuello con una cadenita dorada y que examina los patrones alejándolos para no perder tiempo en ponérselas, se oculta una depredadora empresarial, que no duda en aplastar con sus tacones de aguja a aquel que ose ponerse en su camino.

Triste es entrar a la casa de un startítico en fase avanzada: bolsas llenas de proyectos acumulan polvo en los rincones, y lastimeros quejidos resuenan en cada habitación de la casa… «Cariño, a ver si un día de estos me terminas la bufanda, que me dijiste que sólo te faltaba cerrarla, y ya hace frío para ir con el cuello descubierto» o «Mamá, ¿terminaste ya mi segundo calcetín? me rozan las zapatillas y los niños se ríen de mí en el cole«. La respuesta es inevitablemente la misma «No, es que he cogido las agujas para montar un chal, pero lo termino rápido, no te preocupes. Además, he visto un patrón nuevo, mucho más bonito, y he pensado hacerte ese primero, el otro ya lo terminaré«. Triste, muy triste.

Yo no tengo reste problema: disfruto como una enana terminando cosas y me encanta el momento de ponerme a bloquearlas, pero, ay, entre que termino una cosa y empiezo otra pueden pasar días. Me da una pereza impresionante, aunque ya tenga elegido el patrón, leerlo, preparar agujas y el cable correspondiente, hacer la prueba de tensión, preparar agujas nuevas si no ha salido bien y repetir, montar puntos y tejer las primeras vueltas.

Así que así estoy, con todo decidido y sin ganas de arrancar…

¡Buen lunes!