У меня есть футболка

Hace unos años, en plena crisis de juventud e insensatez, me dio por estudiar ruso. Creo que nunca he estudiado un idioma con tanto ahinco ni durante tantas horas para obtener un resultado tan penoso: conozco el alfabeto cirílico, sé saludar, presentarme y contar, tengo algunos rudimentos de gramática que no me sirven prácticamente para nada y, lo más importante, sé decir que tengo cosas.

У меня есть компьютер -> tengo un ordenador; У меня есть телевизор -> tengo una televisión; У меня есть два брата -> Tengo dos hermanos. Tengo esas cosas y algunas más y, sobre todo, como indica el título del post, tengo una camiseta (футболка):

Cuando vi esta camiseta supe que tenía que ser mía, pero el patrón estaba en ruso… Por supuesto mis nociones de ruso de poco me sirvieron, pero google translate y los gráficos de diseñadora fueron suficientes. Una regla de tres bastó para saber cuánto tenían que medir mis cuadrados (12,5 cm en mi caso; 10 cm en el de la diseñadora) y allá que me puse a darle al gancho.

Una vez montados aquello no era un escote, era pornografía y como una de pornostar tiene lo justito (o sea, nada), hice un cuadradito más. Ya sólo me faltaba tejer los remates de punto, pero entre la pereza tan grande que me daba hacerlos y que al probármela vi que estaba monísima, decidí que así se quedaba, ¡y no me arrepiento! creo que con los elásticos de punto hubiese quedado peor. Por consejo de sagra rematé los bordes en punto cangrejo, eso sí.

Esta foto es la que muestra el color de forma más exacta 🙂

Es curioso, pero no suelo hacer ganchillo muy a menudo, pero siempre que hago algo me pregunto el por qué. Es fácil, divertido y cómodo; y, además, el resultado me gusta siempre, supongo que simplemente me pierdo en la inmensidad del punto.

Las prendas de ganchillo son muy bonitas (en mi opinión, claro) y tienen un airecillo un poco anticuado, a tapetes para los brazos del sofá tejidos después de comer viendo La Dama de rosa… ay, qué vida tan sencilla, ¿no?

Por cierto, siendo ésta la segunda cosa que termino de mi proyecto deswipizante, me he ganado el derecho de montar una cosa más (que a estas alturas ya va por la mitad, ¡viva!).