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Tras las fiestas

Antes las navidades eran días de relax, de comer mucho, de gastar dinero, de ver pelis, de siestas en el sofá con el brasero… desde que nos vinimos a vivir fuera las navidades son otra cosa: siguen siendo de comer y gastar, pero también son de intentar hacer en dos semanas lo que normalmente haría en un año entero… Es muy divertido, la verdad, pero tiene una cara mala, que es que cuando acaban las fiestas y el móvil deja de sonar a todas horas queda una sensación un poco de «descuelgue».

Así que la vuelta de vacaciones trae consigo esa sensación de «me acabo de despertar de la siesta y no sé qué día es, qué hora es o dónde estoy» y me paso unos días como pollo sin cabeza antes de volver a hacerme con las riendas de mi rutina. Ya es el segundo año que me pasa esto, el segundo que empiezo enero con una crisis tejeril, y el segundo que me saco la crisis de encima tejiendo un cuello, el mismo cuello, con distintas lanas, eso sí.

Aunque el plan original era hacerlo más ancho para que me bajara por los hombros estoy muy, muy contenta con cómo ha quedado (detalles en el proyecto en rav). El tejido es grueso y sin caída, con lo que se mantiene «en pie» protegiéndome el cuello y la naricilla sin necesidad de llevarlo demasiado pegado al cuerpo, como una cámara de aire calentito.

El principio del año ha coincidido también con el final de mi curso en la universidad. Con este curso, que por cierto he aprobado (¡viva!), se me supone un nivel equivalente al de alguien que termina el instituto y me permite estudiar en universidades suecas y, aunque de momento no tengo intención de hacerlo, es algo que, bueno, me llena de orgullo y satisfacción. Y me llena de orgullo porque es algo que me he ganado con mi esfuerzo (no como las cosas que llenan de orgullo al campechano), porque hace un año que empecé el curso en el nivel intermedio sin tener muy claro que me correspondiense estar ahí (pasé la prueba de acceso que es una redacción, pero en las primeras semanas apenas entendía ni lo que decían mis compañeros) y, aunque siempre hay cosas que se pueden hacer mejor, me he esforzado y las cosas han salido muy bien.

Ahora toca la peor parte, sentarme de nuevo frente al ordenador, actualizar mi CV, preparar cartas de presentación, buscar ofertas de empleo, contestarlas… Para hacerme la tarea un poco más llevadera estoy en modo «tejo lo que quiero y lo tejo cuando quiera», a ver si con eso consigo no perder la poca cordura que me queda 🙂

Feliz martes!

 

19 comentarios en “Tras las fiestas”

    1. Bueno, el alemán es (gramaticalmente al menos) más complejo que el sueco, y si sabes alemán el sueco cuesta mucho menos 😀
      Gracias por la felicitación y felicidades a ti por el alemán!

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    1. A la versión anterior es que le tengo un cariño especial, así que no puedo decir que éste me guste más, pero desde luego visualmente es más llamativo 😀

      A ver qué tal el tuyo!

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