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¡Por todos mis gadgets! (1)

En los últimos meses me he querido mucho y me he hecho un par de regalos (regalazos, más bien). En concreto me he hecho con un ordenador y una cámara de fotos.

Y, claro, las cosas nuevas necesitan una funda, no sea que se estropeen, ¿verdad?

La primera que hice fue la del ordenador, pero está sin fotografiar y queda para otro día. La funda de hoy es la bolsa que hice para la cámara de fotos.

El proceso «creativo» fue largo e implicó ir a comprar cremalleras dos veces. Lo que compré es una cámara con dos objetivos, y de primeras el plan era hacer una funda redonda para el objetivo largo (el vocabulario técnico es lo mío) y, para la cámara, una funda de esas con forma de bragueta (concretamente de calzones de He-man).

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Al final esta funda quedo descartada por asociación indebida, claro.

La opción final fue una bolsa rectangular con un bolsillo interior para guardar, en caso necesario, las llaves de casa, la tarjeta del tren, un puñado de coronas… esas cosas. La idea era hacerla lo más ajustada posible para tener la posibilidad de usarla como bolso y también de meterla en el bolso o en la mochila, y para eso le he puesto un asa larga, regulable, y de quita y pon.

Tanto planearla como coserla ha sido muy divertido. Es un trabajo bastante matemático y, aunque las mates no son mi fuerte, agradezco un pequeño desafío de vez en cuando.

Tecnicidades:

La tela interior es algodón tipo patch, concretamente el sobrante de mi vestido Sarumán, y la exterior es parte de mi alijo japonés, concretamente una loneta de algodón de Echino (enamorada hasta la médula estoy). Para darle cuerpo está enguatada y lleva una entretela para bolsos, la más gruesa que he encontrado.

He usado cinta mochilera de algodón para el asa del bolso y también para sustituir la incomodísima cinta que traía la propia cámara (de esto no hay fotos, pero es que tampoco son necesarias :P).

Y, last but not least, la princesa huevo, del corto Mr Dough and the Egg Princess, de Studio Ghibi, recuerdo de cuando estuvimos en el museo este verano.

El día que hice las fotos fue sencillamente glorioso, así que aprovechamos para dar un paseo (otro más!) por la isla de Djurgården que, entonces más que nunca, estaba magnífica en su «otoñosidad». Ya esos días de amarillos intensos han quedado atrás, ahora son más cortos, oscuros y fríos.

Y con esto y un bizcocho, me despido hasta la próxima (no sin antes enlazarme a RUMS, que ya iba tocando!).

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De triángulos

Chico compra móvil.

Así empieza la historia de esta costura, con un móvil nuevo, guay, y más grande que su predecesor, que necesita una funda nueva (porque hay personas en el mundo que son cuidadosas con sus cosas, no como yo, que llevo el móvil y su funda sueltos y separados dentro del bolso…).

Al parecer no sólo el vello facial masculino y los trajes de flamenca están sometidos a los crueles rigores de la moda ya que, tras visitar varias tiendas, resulta que no es fácil encontrar algo que cumpla las condiciones necesarias. Prácticamente no hay nada que no sea una funda tipo carpeta rígida sin espacio para guardar los auriculares pero con ranuras para guardar las tarjetas (porque claro, ¿qué hay mejor que tener el móvil y las tarjetas juntas?).

Y ahí es cuando entro yo en escena, en principio ofreciéndome a hacer algo provisional y básico para salir del paso, y al final haciendo una funda con todos sus detalles.

Me gusta mucho este tipo de costuras, como bolsos, fundas, etc. El pensar en qué detalles o elementos va a tener (en este caso esa decisión estaba ya tomada) y planear qué piezas necesito, en qué orden tengo que trabajarlas y cómo… me entusiasma. Así que ayer por la tarde, cosiendo y ajustando, me lo pasé en grande.

Y la funda creo que no ha quedado mal, la verdad.

El material exterior es tela encerada, de esa que se usa para hacer manteles, que viene genial para proteger de la humedad. Y el forro es algodón de Ikea, el forro oficial de esta casa 😉

Ahora toca coser algo para mí, ¡feliz domingo!

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R de… reconvertir

A veces pasa, ¿no? Empezamos (y acabamos!) un proyecto con toda la ilusión y tal cual lo acabamos, ¡zas! al cajón del olvido.

En su momento tejí un proyecto que tenía por objetivo ser una funda para uno de esos ordenadores de siete pulgadas que tenía por aquel entonces. Sólo me quedaba forrarlo y ponerle una cremallera…

«SÓLO»

Y pasaron los meses, el ordenador pasó a mejor vida y su funda seguía sin forro y sin cremallera, desapareciendo poco a poco en el arcón. El triste destino de los proyectos menos amados 🙂

Hasta que en la última mudanza salió del arcón y me di cuenta de que como funda o bolso no tenía futuro, ¡pero como gorro estaba fetén!

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Me gusta mucho cómo queda y, además, mola que tiene dos orejitas, como el gorro de batman 😛

Y con este ataque de los filtros vintage, me paso por RUMS por primera vez en este año… ¡espero que sean muchas más!

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Flamenco grunge

De vaqueros y segundas oportunidades (4)

Es mal común entre las personas a las que nos gusta hacer cosas a mano el acumular y acumular proyectos que queremos hacer, es lo que popularmente se conoce como «tener el pinterest más grande que la mano». Así sucede que en un momento dado necesitamos algo y, en lugar de comprarlo, afirmamos «paso de comprar, esto me lo hago yo en una tarde y me queda mejor».

Que dé un paso al frente quien lo haya dicho y lo haya cumplido en un plazo razonable de tiempo ¡¡para que pueda darle un aplauso!!

Yo lo dije cuando por mi pasado cumpleaños cayó en mis manos una tablet… pero la cosa quedó en buenas intenciones y poco más y durante un cuatrimestre entero he llevado la tablet a clase envuelta en un gorro de lana para que no se me estropease en el bolso.

¡Hasta hoy! 9 meses más tarde de recibir mi regalo, le he hecho su funda. No hay ni que decir que es mejorable, las gomas que sujetan el dispositivo son demasiado anchas y me han quedado un poco a la virulé (pero sujetan, que es lo importante) y no estoy muy segura de cómo va a funcionar el deshilachado de los bordes. Lo que dure, duró 🙂

Pero es mi funda y me gusta: ha sido muy rápida, todos los materiales son restos de otras cosas (vaqueros de Salva, cintas al bies de la falda flamenca de mi madre, gomas de a saber qué y portadas de plástico de un cuaderno gastado para darle rigidez) y además me va a servir para aportar algo al RUMS de esta semana ^_^

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¡Feliz (casi) fin de semana!

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Rainbow in the dark!

Ya comenté que de regalo de cumpleaños me cayó un kindle (y alguna otra cosilla) al que le estoy dando un tute que no se lo cree ni él.

Como es una cosa delicada y tengo la intención de transportarla de arriba abajo le hacía falta una fundita y, aunque ya sé que las hay preciosas, para mí ha sido más natural hacerle una. Además es que me vino como anillo al dedo, porque ya tenía hechos un puñado de hexágonos de ganchillo con Katia Darling que habían perdido su objetivo vital y en un par de horas tenía la funda para el kindle hecha y en funcionamiento. Es verdad que en algunas partes se le notan un poco (o mucho, según lo cerca que desde donde se mire) las costuras, pero es mi funda, a mí me gusta y hace bien su función, así que mi tejetiempo lo invierto en otras cosas 🙂

Tenía 12 hexágonos en total: la funda se ha llevado 8 y con los 4 que me han sobrado… tachán, ¡posavasos! Lo que no sé es si ponerle un trozo de velcro o algo para cerrar las solapitas; la verdad es que falta falta no es que haga, pero quizás quedaría más terminadito, ¿no?

Ya estamos en otoño y los días se acortan peligrosamente, ahora mismo anochece a eso de las 5 y cuarto y, a partir del domingo que viene, cuando nos cambien al horario de invierno, nos veremos de nuevo con días cortísimos que culminarán con las menos de 7 horas de luz del «día» del solsticio de invierno. Por eso esta lana desde  un principio me ha traído a la cabeza esta canción de Ronnie James Dio, Rainbow in the Dark.

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Reflexiones de (casi)fin de marzo

Últimamente me he descuidado muchísimo. Los problemas laborales son meras excusas para intentar justificar la realidad de que me he dejado de lado, y bastante además. Así que estoy en segunda semana de dieta, bastante animada y motivada, y deseando que pase un par de meses y quitarme todo lo que he cogido.

Además el trabajo vuelve a abundar, así que por ese otro lado tengo un pequeño respiro… así que las cosas van bien bien, por primera vez, como mínimo, desde año nuevo.

Por otra parte sigo tejiendo y cosiendo (esto último mucho menos, la verdad). Ya llevo casi medio Travelling woman, aunque ahora me queda la parte difícil, la caladita del final, esa que me obliga a deshacer una de cada cuatro vueltas… pero la lana es tan agradable de trabajar, y tengo tantas ganas de que salga bien, que sarna con gusto, no pica, oiga.

Y anoche, en un ratito tonto que tenía antes de cenar me entretuve en coser esta bolsa para llevar el trípode y no tener que sacar la mochila cada vez que vaya a hacer fotos. La tela es de Ikea, y está forrada con un poco de forro polar. La cinta para llevarla al hombro es una de las dos que traía la cámara de fotos cuando la compré.

Dejo un pequeño paso a paso porque más fácil de hacer imposible: doblamos la tela exterior por la mitad, colocamos el trípode encima y cortamos dando margen para que quede holgado dentro, y recortamos dos rectángulos que doblaremos y usaremos como trabillas. Usando la tela exterior como patrón cortamos el forro (en mi caso, forro polar).  Cosemos a máquina cuidando de a) colocar las trabillas de modo que cuando le demos la vuelta a la pieza, queden visibles por fuera; y b) de redondear un poco la costura al llegar a los vértices inferiores. Recortamos la tela sobrante y damos la vuelta sólo a la tela exterior. Con el brazo, acomodamos el forro, y lo recortamos a unos 4 centímetros del borde superior de la tela exterior. Descosemos cuatro centímetros de la tela exterior y hacemos un dobladillo sobre el forro de modo que nos quede un conducto por el que pasar una cinta. Finalmente pasamos una cinta por el conducto y, ale, a correr a hacer fotos 🙂

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Funda para la consola pequeña

Con el trajín de preparar las cosas para venirme a pasar las navidades con mi mami, no sólo me dejé atrás la bolsa de aseo, también me dejé el estuche de la consola pequeña (aka NDS Lite). Y como mi madre se la quería llevar hoy por ahí, me entretuve anoche en confeccionarle una con fieltro, muy del estilo de la minibolsa de aseo que me hice este verano y que quizás cuelgue aquí algún día.

Parece que últimamente no coso casi nada, pero es que estoy liadísima con una cosa que requiere mucho tiempo y muchísimo cariño, y hasta que no acabe, no tengo manos para casi nada más.

Bueno, la foto de mi funda nueva, yo estoy encantada, la verdad.

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